domingo, 19 de octubre de 2014

Desafinado: contra la alta cultura

La verdad es que me producen un gran aburrimiento los elitistas a los que le gusta exhibir su buen gusto y su erudición musical; soy bastante torpón de oído y tengo cosas mejores que hacer que leer revistas y críticas musicales, que además son muy previsibles: los grupos son muy buenos mientras nadie los conoce, luego cuando triunfan se han vendido o han perdido su frescura por lo que hay que partir en búsqueda del siguiente grupo ignoto. Eso sí, frente a la desidia de quienes ni siquiera se molestan en reciclarse sino que siguen rumiando forever and ever los clichés para beautiful people sin sangre en las venas como los Stones, Led Zeppelin, Patty Smith, el rock sinfónico y tiro porque me toca, le reconozco a la gente modernilla el tremendo esfuerzo que hacen por estar al día, pero de ahí a pensar que dicho esfuerzo no sea digno de mejor causa ya hay un buen trecho.
Tom Jobim, el principal creador de la bossa nova, género tanto ayer como hoy vapuleado por los que se autoproclaman entendidos en música por arrastrar el jazz, una de las mayores vacas sagradas del culturetismo, hacia los terrenos del easy listening, puso esto mismo en palabras y melodía con más gracia que yo hace ya unos cuarenta años. El dedo en la llaga: en el pecho de los desafinados también late un corazón. Pues sí, somos unos horteras, pero si esta música nos llega y nos comunica cosas, pues eso tiene que tener algún mérito. Jobim sabe que no puede hacer música tan sutil como los grupos que les gustan a los entendidos: sólo privilegiados tienen un oído como el tuyo, yo poseo sólo lo que Dios me ha dado. Y aunque mi comportamiento se califique de antimusical, se defiende nuestro hombre, esto es Bossa nova, esto es muy natural. Sacando un poco más de pecho: te saqué una foto con mi Rolley-Flex, se reveló tu enorme ingratitud. Y es que con tanto análisis erudito a veces los árboles no dejan ver el bosque: con tu música has olvidado lo principal, que en el pecho de los desafinados, en el fondo del pecho late callado un corazón. Si hace falta entrar en grandes análisis con la música, mala cosa; ésta debe llegar a nuestro corazoncito, aunque sea un corazón desafinado.



Ni más ni menos que George Michael se atrevió a cantar Desafinado en un portugués sorprendentemente aceptable al lado de Astrud Gilberto, intérprete muy versada en el género. Lo hicieron en un disco benéfico contra el SIDA en 1996. La verdad es que ambos los dos cantan mejor que Jobim:



Letra completa:
Se você disser que eu desafino amor
Saiba que isto em mim provoca imensa dor
Só privilegiados têm o ouvido igual ao seu
Eu possuo apenas o que Deus me deu
Se você insiste em classificar
Meu comportamento de anti-musical
Eu mesmo mentindo devo argumentar
Que isto é Bossa Nova, isto é muito natural
O que você não sabe nem sequer pressente
É que os desafinados também têm um coração
Fotografei você na minha Rolley-Flex
Revelou-se a sua enorme ingratidão
Só não poderá falar assim do meu amor
Este é o maior que você pode encontrar
Você com a sua música esqueceu o principal
Que no peito dos desafinados
No fundo do peito bate calado
Que no peito dos desafinados também bate um coração

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